De adolescente, uno de los libros que más me influyó/impactó fue La incomunicación (1969) del psiquiatra Castilla del Pino. Incomunicado yo mismo, en unos años de 'incomunicación política', me decidí, (en la relativa medida que decidimos algo) a estudiar Filosofía y Letras, para escoger después la rama de Psicología, supongo que para ver si (me) entendía algo y me comunicaba mejor. Desde entonces he valorado la importancia de la comunicación/incomunicación a todos sus niveles (preverbales, verbales, simbólicos, con uno mismo, con los demás, en política, cara a cara, a través de los medios, etc,), en todos sus campos (en la relación profesional sanitario/paciente, en la organización sanitaria, en los cuidados paliativos, etc.) y su importancia para la salud individual y colectiva.
"He de decirte tantas cosas pero, mi vida, cómo y cuándo, si cuando llamo, si cuando llamo, tú estás siempre, comunicando, comunicando, comunicando"